
Imagen: La cueca de Quinchamalí - Nemesio Antúnez Visitar
El 17 de septiembre de cada año se celebra el Día Nacional de la Cueca, en el marco de las Fiestas Patrias, cuando este baile se luce y recrea a lo largo del territorio nacional. Más allá de esta fecha, la cueca es un patrimonio vivo que encarna la historia y la identidad cultural del país.
Este especial reúne una selección de patrimonios digitales que permiten recorrer su origen, diversidad y presencia en la vida cotidiana a lo largo del tiempo. La colección incluye objetos, obras de arte, textos y partituras, junto con registros audiovisuales y fotografías históricas que muestran cómo se ha vivido y transmitido la cueca en distintas épocas y expresiones.
La cueca: un baile vivo y diverso
Si bien la cueca es reconocida como el baile nacional de Chile, su historia se remonta al mestizaje latinoamericano, vinculada a la zamacueca, con raíces afro, arábigo-andaluzas y americanas. En Chile, este baile se difundió por todo el territorio y fue adoptando diversas formas en cada zona, configurándose como un patrimonio común que, a la vez, refleja la diversidad cultural del país.
Entre sus múltiples variantes está la cueca nortina, cueca chilota, cueca urbana, cueca brava, entre otras. Algunas de ellas de origen más antiguo, otras más recientes; algunas vinculadas al mundo rural, otras al contexto urbano. Todas expresan, en letras y bailes, relatos cotidianos, amores y problemáticas sociales.
Tras un periodo de declive en su popularidad durante el siglo XX, hoy ha recobrado vigencia. Cultoras y cultores populares, junto con nuevas generaciones de cuequeras y cuequeros, mantienen viva esta tradición transmitiendo repertorios, creando y transformando estilos y reafirmando la cueca como un símbolo de identidad cultural.
Fiestas Patrias: memorias compartidas
Las Fiestas Patrias de septiembre marcan el aniversario de la Primera Junta de Gobierno, hito que dio inicio al proceso de Independencia de Chile. Son un ritual colectivo que integra música, danza, gastronomía y juegos tradicionales. Desde sus orígenes la cueca ha ocupado un lugar central en esta celebración, interpretándose en escenarios, peñas, barrios, fondas, ramadas y también en casas y calles de todo el país.
Como baile y canto, la cueca también se convierte en memoria. Relata historias y actúa como portadora de la tradición oral a través de cantoras y cantores populares. Su práctica está presente tanto en celebraciones comunitarias como en actos conmemorativos.
Asimismo, convoca a la memoria comunitaria. En barrios, escuelas y plazas las personas encuentran en estas fechas una oportunidad de encuentro y transmisión cultural entre generaciones, donde la cueca sigue siendo el hilo conductor de identidad y pertenencia.
Registros patrimoniales de la cueca
Desde los primeros registros audiovisuales de inicios del siglo XX, con escenas de celebraciones en el Parque Cousiño y festejos masivos en Santiago y Valparaíso, hasta fotografías, partituras y pinturas dan cuenta de la importancia de la cueca y las Fiestas Patrias. Estas expresiones conforman un patrimonio diverso y transversal que ha quedado plasmado en múltiples formatos a lo largo de la historia.
Libros, investigaciones, crónicas y poemas han reflexionado sobre estos temas, mientras que artesanías, obras y representaciones artísticas han rendido homenaje a estas tradiciones. Todo ello revela cómo estas celebraciones han sido compartidas por distintas clases sociales y territorios, consolidándose como un elemento de patrimonio e identidad cultural.
En las colecciones patrimoniales puedes explorar:
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Fotografías de celebraciones y escenas costumbristas.
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Partituras y cancioneros que transmiten repertorios cuequeros.
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Pinturas y obras visuales que recrean la fiesta y el baile.
Explora, guarda y comparte
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La cueca es patrimonio vivo: se baila, se canta y se transmite entre generaciones. Es canción y baile, memoria e identidad. Su práctica constante refleja la fuerza de una tradición en permanente transformación.