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Patrimonio cultural inmaterial
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Elementos representativos de los patrimonios de las comunidades que habitan el territorio.
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Corresponde a aquellos usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que los colectivos, grupos o personas reconocen como su patrimonio cultural y se transmiten de generación en generación. En 2008 Chile ratificó la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (Unesco, 2003), reflejo del compromiso estatal por fortalecer una comprensión más amplia de este acervo.
El Registro del Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile responde a las indicaciones que la convención hace a cada Estado Parte. Por ello, enumera y describe los patrimonios culturales inmateriales de las comunidades que habitan el territorio nacional y/o se encuentran en riesgo.
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Las Cruces de Mayo son parte de las tradiciones de las comunidades afr...
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Técnicas y saberes asociados a la práctica arriera y criancera de la cordillera de Antuco
En un lugar cordillerano de comuna de Antuco, en la región del Biobío,...
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Canto campesino de la región del Maule
El canto campesino ha acompañado históricamente las festividades campe...
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Canto a lo poeta
El Canto a lo Poeta corresponde a una tradición oral de tipo poético-m...
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Canto a lo poeta
El Canto a lo Poeta corresponde a una tradición oral de tipo poético-m...
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Canto a lo poeta
El Canto a lo Poeta corresponde a una tradición oral de tipo poético-m...
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Sistema de ganadería altoandina de camélidos sudamericanos de las provincias de Arica, Parinacota, Tamarugal, El Loa y Copiapó
Es un tipo de ganadería extensiva, tradicional-ancestral desarrollada ...
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Canto a lo poeta
El Canto a lo Poeta corresponde a una tradición oral de tipo poético-m...
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Tradición de las Cruces de Mayo afrodescendientes en los valles de Azapa, Lluta y Acha
Las Cruces de Mayo son parte de las tradiciones de las comunidades afrodescendientes que habitan los valles de Arica y corresponden a una expresión importante de su historia personal y territorial. Para ellos y ellas es una instancia de conexión con sus tradiciones religiosas y de autoidentificación con un legado común heredado de sus ancestros y ancestras. Tal como su nombre lo indica, se efectúan mayoritariamente en el mes de mayo y tienen por finalidad pedir por el bienestar de sus parientes, amistades y la buena producción de las chacras.En sí son cruces de madera puestas en altares que las familias, en tiempos remotos, colocaron en las laderas de los cerros de Azapa, Lluta y Acha y que suelen ser ornamentadas con fundas, estolas y flores, además de pintadas tradicionalmente de color verde, mientras que el altar que se emplaza en la ladera de un cerro puede tener un arco de ramas de sauce o palma, velatorios, luminarias y/o se puede encontrar rodeado de un camino ritual y restos de las celebraciones que se hacen en honor a la cruz, como los son fogatas, velas y luminarias colocadas en el suelo del cerro formando una cruz. Se caracterizan por realizarse en diferentes sectores de los valles y están asociadas a costumbres que pueden ir variando según la tradición de la familia que la celebra, siempre teniendo en común la fe a la cruz. En ella converge la relación que la comunidad tiene con la cruz y el espacio en donde está emplazada, los canticos de los “cantores a las cruces”, las decoraciones, la tradición histórica que las mujeres y hombres afrodescendientes tiene con los valles y la vida comunitaria. Igualmente, es posible apreciar la participación de personas de todos los grupos etarios, compartiendo en locales adaptados para la celebración de la cruz, lugar donde se comparten bebestibles de todo tipo y alimentos. Aunque tiene su día principal el 3 de mayo, con misas y bendiciones de parte de un cura en el pueblo de San Miguel de Azapa, las familias suben y alumbran la cruz en diferentes días del mes de mayo o incluso junio, llegándose a advertir la realización de los festejos desde la carretera al divisar las luminarias para la cruz, el fogón para capear el frio y las personas que la acompañan.Los preparativos comienzan subiendo a los cerros para bajar la cruz. La comunidad habilita un espacio en una casa o local para armar un altar en donde se colocará una vez finalizada su limpieza, pintado y ornamentación de acuerdo a las costumbres de cada familia. Finalmente el día en que la cruz es retornada al altar, cada familia hace una peregrinación nocturna con bandas de bronce o grupos de zampoñeros, cantos, faroles y linternas hasta llegar al altar, donde será colocada nuevamente. Allí las personas de la misma familia encienden más de 200 luminarias con forma de cruz y las 3 marías en el cerro. En torno a ésta se realizan cantos, misas, bandas de bronce, la preparación del tradicional picante de mondongo, chocolate caliente y queque para niñas y niños, la fiesta o bailable comunitario y en ocasiones también la presencia de grupos de tumbe. En algunos casos las y los integrantes de mayor edad de cada familia le bailaran 3 pies de cueca o zamacueca a la cruz. Mientras tanto, la cruz será visitada por familiares y amigos, recibirá la entonación de canticos por parte de cantores de cruces y será el principal motivo de reunión de varias familias de los valles de Arica. Es difícil cuantificar la cantidad personas que se encuentran asociadas a las Cruces de Mayo, principalmente porque convergen varios saberes y porque en la preocupación de la realización de las tradiciones asociadas a ella concurren varias personas que pueden tener multiplicidad de funciones. Sin embargo, en este caso en la Asociación de Cruces de Mayo se contabilizan 19 cruces que se reparten entre los valles de Azapa, Lluta y Acha: Baluarte y descendientesTomasa Baluarte y descendientesJulia Corvacho Ugarte y descendientesFamil...
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Técnicas y saberes asociados a la práctica arriera y criancera de la cordillera de Antuco
En un lugar cordillerano de comuna de Antuco, en la región del Biobío, el frío, los fuertes vientos, la cordillera, la flora y la fauna brindan gran parte de la identidad de una comunidad de personas que realizan una actividad ancestral: la práctica arriera y criancera. Esta actividad tiene sus orígenes hace cientos de años, desde la trashumancia de los primeros grupos humanos que, bajo diferentes condiciones como las características de sus suelos de origen volcánico inservible para la agricultura, vieron en la ganadería de baja escala el oficio que les permitiera sobrevivir en estos parajes a lo largo de la historia, como una manera de sustentar el alimento para la familia; es así como el ganado era llevado por el arriero hacia zonas cordilleranas en búsqueda de mejor alimento en épocas de calor. La práctica arriera es, en palabras simples, “mover al ganado de un lugar a otro en búsqueda de alimento”. Este movimiento, específicamente de bovinos, ovinos y caprinos, se realiza en los meses de verano, época en que los arrieros suben hacia parajes cordilleranos denominados veranadas, compuestas por miles de hectáreas donde se trasladan los animales a alimentarse de mejor forraje para su posterior comercio o consumo propio. Resultado de la constante interacción con la naturaleza, los arrieros a lo largo de los años han adquirido acabados conocimientos cordilleranos heredados mediante transmisión oral, que les han permitido dominar saberes meteorológicos asociados a la interpretación del entorno natural para predecir el comportamiento del tiempo, siendo el viento de cordillera o “puelche” señal importante de olas de calor o lluvia, ya que el clima extremo de la cordillera incidirá en las actividades que se realizarán: cuidado de los animales, horas de pastoreo, veranadas que se ven marcadas por las primeras tormentas del año, incluso con caídas de nieve que limitan en gran medida el arreo por lo que indican que es momento de bajar de la cordillera; los conocimientos geográficos, de identificación de lugares, rutas o ubicaciones clave para trasladar al ganado o tener acceso al agua, siendo la “huella arriera” los caminos surcados durante generaciones de familias. Los caminos hacia la cordillera son complejos, hay altas cumbres cortadas por pendientes, por lo que existen dificultades donde los arrieros deben tener especial cuidado para que su ganado pueda llegar a salvo a los sitios de descanso. Y por último, la utilización de hierbas para sanar alguna afección humana o animal, El vínculo con los animales implica saberes en su cuidado y estado de salud, vacunas, control de enfermedades y plagas. Dentro de esta interacción constante y los conocimientos adquiridos con la experiencia, es relevante esa relación de diálogo, de conexión profunda con un territorio cordillerano que los nutre y protege, donde existe un lazo familiar e histórico, puesto que muchos arrieros de épocas pasadas transitaron por esos mismos caminos, habitaron las mismas veranadas, pasaron calor extremo y bebieron agua de las mismas vertientes.Arrear es una actividad solitaria y mayormente masculina, en la que el arriero montado en su caballo, sus perros pastores, y en ocasiones una mula de apoyo, replican todo lo que desde la edad de 7 u 8 años veían y escuchaban hacer a sus padres o abuelos, transformándolo paulatinamente en parte de su identidad, forma de vida y subsistencia.
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Canto campesino de la región del Maule
El canto campesino ha acompañado históricamente las festividades campesinas, identificándose con las vivencias del campesinado pobre, teniendo entre sus temáticas el territorio, las faenas agrícolas y especialmente, el amor y desamor, lejos de una mirada idealizadora, sino una contemplativa y realista. Es identitario de la zona de Chile central. Las cantoras, normalmente mujeres pertenecientes a las mismas comunidades, han alegrado celebraciones comunitarias, convirtiéndose en elemento central de sociabilidad campesina y en vehículo de transmisión de tradiciones. En su figura se mezcla la creación y el aprendizaje, recreando y recopilando parte de las tradiciones orales que las caracterizan como comunidad. Han recibido este conocimiento, la mayoría de las veces, desde las mujeres de la familia, logrando a través de la imitación el uso de la guitarra traspuesta, las afinaciones características y sus toquíos personalizados. Tradicionalmente el canto campesino es descrito como una práctica de mujeres, en las generaciones más jóvenes es posible encontrar hombres. El canto campesino se mantiene vigente, creándose y recreándose constantemente, en mateadas, celebraciones comunitarias, festividades locales y encuentros de cantoras, teniendo la autogestión y la sociabilidad comunitaria un rol central en su permanencia. En general se realiza mde manera individual, aun cuando dentro de una misma familia puedan existir varias/os que compartan el saber. Si bien es conocido el hecho de que existe también en otras regiones, para este caso la comunidad se conforma por 47 cantoras y cantores, principalmente del campesinado de la zona central, quienes cultivan y transmiten esta tradición, identificando exponentes con edades que van entre los 14 y los 90 años . “…Es la tierra, por eso es que el canto campesino tiene un valor y un sentido tan grande, porque tiene sentido de vida...” Mauricia Saavedra“Mientras canto voy viviendo la letra en el espíritu...” Jaime Garrido
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Bailes chinos
El Baile Chino es un tipo de cofradía o hermandad de músicos danzantes que expresa su devoción a través de promesas o mandas que se cumplen mediante la participación en un cuerpo de baile que hace música y danza ritual, en el contexto de ceremoniales llamados "Fiestas de Chinos". Habitualmente un Baile Chino se conforma por dos columnas contrapuestas de chinos que tocan flauta, uno o más chinos que tocan tambor, un alférez o abanderado. El alférez es quien se encarga de transmitir, a través de un canto improvisado en décimas, los deseos e inquietudes de su gente a la imagen venerada.Su origen data del sincretismo producido entre la milenaria matriz indígena de la expresión y la liturgia católica occidental devenida del conquistador español en pleno proceso de conquista y colonia. A su vez, el vocablo “Chino” proviene de la voz quechua que se traduce como “servidor” o “siervo”, es decir; trabajador subalterno y en estado de servidumbre frente a las elites locales, y humilde servidor de las deidades del lugar representadas en las imágenes sagradas que ofician como patronas de cada pueblo. Este hecho, le da al Baile Chino la connotación de “devoción popular”. Por lo general, las Fiestas de Chinos congregan bailes de distintas localidades en un mismo lugar, con el fin de celebrar o conmemorar una determinada fecha del calendario litúrgico, en especial las dedicadas a la virgen patrona o “chinita” y aquellas consagradas a los santos patronos locales. Al respecto, cabe consignar que todos los Bailes Chinos se reconocen como miembros de una antigua tradición originaria de Chile, lo que se ve reflejado en las grandes fiestas religiosas del Norte Grande y Norte Chico del país –como La Tirana, La Candelaria de Copiapó y Andacollo– en las que son ellos quienes tienen el privilegio de portar el anda de la Virgen durante la procesión. De todos modos, y aunque la tradición de los Chinos presenta una gran similitud a lo largo del territorio que la comprende (desde la región de Tarapacá hasta la región Metropolitana), existen diferencias propias del ámbito cultural de cada región, comuna e incluso localidad.
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Canto a lo poeta
El Canto a lo Poeta corresponde a una tradición oral de tipo poético-musical basada en la memoria y el improviso, cuya expresividad popular viene a manifestar la cultura rural y semi-rural que pervive al día de hoy en los campos y poblados de Chile. Su práctica se realiza a través de la décima y algunas otras formas estróficas como la cuarteta. Al Canto a lo Poeta pertenecen las modalidades expresivas de Canto a lo Divino (de carácter netamente devocional), Canto a lo Humano (de carácter mundano), la paya, la cueca, el improviso o improvisación. Por lo tanto, el Cantor a lo Poeta, es la persona que domina casi en su totalidad la mayoría de estas facetas. Al respecto, si bien históricamente ha sido desarrollada principalmente por hombres, han existido y existen mujeres que la han llevado al más alto sitial de la cultura popular chilena, identificándose en ellas a algunas de las principales salvaguardadoras y transmisoras de la tradición.En cuanto a su origen y desarrollo, si bien comienza a situarse y diseminarse durante la conquista española en toda América, es en Chile con más de 400 años donde se asienta, toma fuerza y genera singularidades que la proyectan como tradición propia en; lo musical (tonadas o entonaciones), instrumental (guitarrón y guitarra traspuesta) y modos de representación (canto en rueda). Junto a lo anterior, se destaca el hecho de que el Canto a lo divino no solo se ha mantenido, sino que también ha prosperado y florecido cuando en otras latitudes del continente ya se encuentra totalmente perdido.Geográficamente, en la actualidad se desarrolla entre los valles del Norte Chico y la zona central de Chile, existiendo presencia de cultores de manera excepcional en otras zonas del país.
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Canto a lo poeta
El Canto a lo Poeta corresponde a una tradición oral de tipo poético-musical basada en la memoria y el improviso, cuya expresividad popular viene a manifestar la cultura rural y semi-rural que pervive al día de hoy en los campos y poblados de Chile. Su práctica se realiza a través de la décima y algunas otras formas estróficas como la cuarteta. Al Canto a lo Poeta pertenecen las modalidades expresivas de Canto a lo Divino (de carácter netamente devocional), Canto a lo Humano (de carácter mundano), la paya, la cueca, el improviso o improvisación. Por lo tanto, el Cantor a lo Poeta, es la persona que domina casi en su totalidad la mayoría de estas facetas. Al respecto, si bien históricamente ha sido desarrollada principalmente por hombres, han existido y existen mujeres que la han llevado al más alto sitial de la cultura popular chilena, identificándose en ellas a algunas de las principales salvaguardadoras y transmisoras de la tradición.En cuanto a su origen y desarrollo, si bien comienza a situarse y diseminarse durante la conquista española en toda América, es en Chile con más de 400 años donde se asienta, toma fuerza y genera singularidades que la proyectan como tradición propia en; lo musical (tonadas o entonaciones), instrumental (guitarrón y guitarra traspuesta) y modos de representación (canto en rueda). Junto a lo anterior, se destaca el hecho de que el Canto a lo divino no solo se ha mantenido, sino que también ha prosperado y florecido cuando en otras latitudes del continente ya se encuentra totalmente perdido.Geográficamente, en la actualidad se desarrolla entre los valles del Norte Chico y la zona central de Chile, existiendo presencia de cultores de manera excepcional en otras zonas del país.
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Bailes chinos
El Baile Chino es un tipo de cofradía o hermandad de músicos danzantes que expresa su devoción a través de promesas o mandas que se cumplen mediante la participación en un cuerpo de baile que hace música y danza ritual, en el contexto de ceremoniales llamados "Fiestas de Chinos". Habitualmente un Baile Chino se conforma por dos columnas contrapuestas de chinos que tocan flauta, uno o más chinos que tocan tambor, un alférez o abanderado. El alférez es quien se encarga de transmitir, a través de un canto improvisado en décimas, los deseos e inquietudes de su gente a la imagen venerada.Su origen data del sincretismo producido entre la milenaria matriz indígena de la expresión y la liturgia católica occidental devenida del conquistador español en pleno proceso de conquista y colonia. A su vez, el vocablo “Chino” proviene de la voz quechua que se traduce como “servidor” o “siervo”, es decir; trabajador subalterno y en estado de servidumbre frente a las elites locales, y humilde servidor de las deidades del lugar representadas en las imágenes sagradas que ofician como patronas de cada pueblo. Este hecho, le da al Baile Chino la connotación de “devoción popular”. Por lo general, las Fiestas de Chinos congregan bailes de distintas localidades en un mismo lugar, con el fin de celebrar o conmemorar una determinada fecha del calendario litúrgico, en especial las dedicadas a la virgen patrona o “chinita” y aquellas consagradas a los santos patronos locales. Al respecto, cabe consignar que todos los Bailes Chinos se reconocen como miembros de una antigua tradición originaria de Chile, lo que se ve reflejado en las grandes fiestas religiosas del Norte Grande y Norte Chico del país –como La Tirana, La Candelaria de Copiapó y Andacollo– en las que son ellos quienes tienen el privilegio de portar el anda de la Virgen durante la procesión. De todos modos, y aunque la tradición de los Chinos presenta una gran similitud a lo largo del territorio que la comprende (desde la región de Tarapacá hasta la región Metropolitana), existen diferencias propias del ámbito cultural de cada región, comuna e incluso localidad.
07EPC-182

Bailes chinos
El Baile Chino es un tipo de cofradía o hermandad de músicos danzantes que expresa su devoción a través de promesas o mandas que se cumplen mediante la participación en un cuerpo de baile que hace música y danza ritual, en el contexto de ceremoniales llamados "Fiestas de Chinos". Habitualmente un Baile Chino se conforma por dos columnas contrapuestas de chinos que tocan flauta, uno o más chinos que tocan tambor, un alférez o abanderado. El alférez es quien se encarga de transmitir, a través de un canto improvisado en décimas, los deseos e inquietudes de su gente a la imagen venerada.Su origen data del sincretismo producido entre la milenaria matriz indígena de la expresión y la liturgia católica occidental devenida del conquistador español en pleno proceso de conquista y colonia. A su vez, el vocablo “Chino” proviene de la voz quechua que se traduce como “servidor” o “siervo”, es decir; trabajador subalterno y en estado de servidumbre frente a las elites locales, y humilde servidor de las deidades del lugar representadas en las imágenes sagradas que ofician como patronas de cada pueblo. Este hecho, le da al Baile Chino la connotación de “devoción popular”. Por lo general, las Fiestas de Chinos congregan bailes de distintas localidades en un mismo lugar, con el fin de celebrar o conmemorar una determinada fecha del calendario litúrgico, en especial las dedicadas a la virgen patrona o “chinita” y aquellas consagradas a los santos patronos locales. Al respecto, cabe consignar que todos los Bailes Chinos se reconocen como miembros de una antigua tradición originaria de Chile, lo que se ve reflejado en las grandes fiestas religiosas del Norte Grande y Norte Chico del país –como La Tirana, La Candelaria de Copiapó y Andacollo– en las que son ellos quienes tienen el privilegio de portar el anda de la Virgen durante la procesión. De todos modos, y aunque la tradición de los Chinos presenta una gran similitud a lo largo del territorio que la comprende (desde la región de Tarapacá hasta la región Metropolitana), existen diferencias propias del ámbito cultural de cada región, comuna e incluso localidad.
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Bailes chinos
El Baile Chino es un tipo de cofradía o hermandad de músicos danzantes que expresa su devoción a través de promesas o mandas que se cumplen mediante la participación en un cuerpo de baile que hace música y danza ritual, en el contexto de ceremoniales llamados "Fiestas de Chinos". Habitualmente un Baile Chino se conforma por dos columnas contrapuestas de chinos que tocan flauta, uno o más chinos que tocan tambor, un alférez o abanderado. El alférez es quien se encarga de transmitir, a través de un canto improvisado en décimas, los deseos e inquietudes de su gente a la imagen venerada.Su origen data del sincretismo producido entre la milenaria matriz indígena de la expresión y la liturgia católica occidental devenida del conquistador español en pleno proceso de conquista y colonia. A su vez, el vocablo “Chino” proviene de la voz quechua que se traduce como “servidor” o “siervo”, es decir; trabajador subalterno y en estado de servidumbre frente a las elites locales, y humilde servidor de las deidades del lugar representadas en las imágenes sagradas que ofician como patronas de cada pueblo. Este hecho, le da al Baile Chino la connotación de “devoción popular”. Por lo general, las Fiestas de Chinos congregan bailes de distintas localidades en un mismo lugar, con el fin de celebrar o conmemorar una determinada fecha del calendario litúrgico, en especial las dedicadas a la virgen patrona o “chinita” y aquellas consagradas a los santos patronos locales. Al respecto, cabe consignar que todos los Bailes Chinos se reconocen como miembros de una antigua tradición originaria de Chile, lo que se ve reflejado en las grandes fiestas religiosas del Norte Grande y Norte Chico del país –como La Tirana, La Candelaria de Copiapó y Andacollo– en las que son ellos quienes tienen el privilegio de portar el anda de la Virgen durante la procesión. De todos modos, y aunque la tradición de los Chinos presenta una gran similitud a lo largo del territorio que la comprende (desde la región de Tarapacá hasta la región Metropolitana), existen diferencias propias del ámbito cultural de cada región, comuna e incluso localidad.
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Canto a lo poeta
El Canto a lo Poeta corresponde a una tradición oral de tipo poético-musical basada en la memoria y el improviso, cuya expresividad popular viene a manifestar la cultura rural y semi-rural que pervive al día de hoy en los campos y poblados de Chile. Su práctica se realiza a través de la décima y algunas otras formas estróficas como la cuarteta. Al Canto a lo Poeta pertenecen las modalidades expresivas de Canto a lo Divino (de carácter netamente devocional), Canto a lo Humano (de carácter mundano), la paya, la cueca, el improviso o improvisación. Por lo tanto, el Cantor a lo Poeta, es la persona que domina casi en su totalidad la mayoría de estas facetas. Al respecto, si bien históricamente ha sido desarrollada principalmente por hombres, han existido y existen mujeres que la han llevado al más alto sitial de la cultura popular chilena, identificándose en ellas a algunas de las principales salvaguardadoras y transmisoras de la tradición.En cuanto a su origen y desarrollo, si bien comienza a situarse y diseminarse durante la conquista española en toda América, es en Chile con más de 400 años donde se asienta, toma fuerza y genera singularidades que la proyectan como tradición propia en; lo musical (tonadas o entonaciones), instrumental (guitarrón y guitarra traspuesta) y modos de representación (canto en rueda). Junto a lo anterior, se destaca el hecho de que el Canto a lo divino no solo se ha mantenido, sino que también ha prosperado y florecido cuando en otras latitudes del continente ya se encuentra totalmente perdido.Geográficamente, en la actualidad se desarrolla entre los valles del Norte Chico y la zona central de Chile, existiendo presencia de cultores de manera excepcional en otras zonas del país.
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Sistema de ganadería altoandina de camélidos sudamericanos de las provincias de Arica, Parinacota, Tamarugal, El Loa y Copiapó
Es un tipo de ganadería extensiva, tradicional-ancestral desarrollada por los pueblos indígenas en el extremo norte del país, que involucra un conjunto muy complejo de conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo.La ganadería camélida se organiza usualmente en el marco de un ciclo anual y consiste en la reproducción, cuidado/selección y pastoreo de camélidos domesticados (llamas y alpacas) y manejos controlados de camélidos silvestres (vicuñas y guanacos). Abarca el manejo y gobernanza de praderas, la elaboración de productos y subproductos alimentarios, artesanales y comerciales, así como saberes, ritos y festividades que acompañan el ciclo o calendario anual de la ganadería camélida, junto con cantos, cuentos y espiritualidad.Junto con ser una de las expresiones culturales más notables y elaboradas de la interconexión e interdependencia del hombre y la mujer andina con su espacio ecológico, también es el sostén de la ocupación y control territorial ancestral. A pesar de los procesos de transformación sociopolítica sufridos por los pueblos originarios del norte de Chile, la ganadería camélida ha sido capaz de readecuar y recrear sus prácticas y tradiciones, siendo una fuente de sustento y orgullo para quienes la desarrollan en la actualidad. Cada una de las dimensiones antes expuestas tiene particularidades por localidad y pueblo, compartiendo todas una misma raíz, que conforma una misma comunidad heredera.Esta comunidad incluye a un conjunto de personas que forman parte de troncos familiares extensos. Dentro de éstos, quienes residen de manera más permanente en el piso ecológico de altiplano, son quienes organizan y desarrollan la práctica ganadera a lo largo de todo el ciclo anual y que, en la actualidad, suelen ser principalmente personas mayores. Las nuevas generaciones: niñas, niños y jóvenes, también forman parte del sistema pastoril, aunque cada vez con menor frecuencia.Existen roles vinculados a la herencia del conjunto de saberes y conocimientos que se producen en el marco de la familia y de un territorio específico, en una cadena maestra/maestro.Para los pueblos andinos del territorio involucrado, la ganadería camélida proporciona una fuente de apego a las formas de vida de sus antepasados, ya que, en ellas se visualizan un conjunto de manifestaciones culturales que dan sentido a su identidad. El control ecológico de esta herencia cultural les permite sobrevivir en un espacio institucional y productivo que actualmente es hostil”
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Canto a lo poeta
El Canto a lo Poeta corresponde a una tradición oral de tipo poético-musical basada en la memoria y el improviso, cuya expresividad popular viene a manifestar la cultura rural y semi-rural que pervive al día de hoy en los campos y poblados de Chile. Su práctica se realiza a través de la décima y algunas otras formas estróficas como la cuarteta. Al Canto a lo Poeta pertenecen las modalidades expresivas de Canto a lo Divino (de carácter netamente devocional), Canto a lo Humano (de carácter mundano), la paya, la cueca, el improviso o improvisación. Por lo tanto, el Cantor a lo Poeta, es la persona que domina casi en su totalidad la mayoría de estas facetas. Al respecto, si bien históricamente ha sido desarrollada principalmente por hombres, han existido y existen mujeres que la han llevado al más alto sitial de la cultura popular chilena, identificándose en ellas a algunas de las principales salvaguardadoras y transmisoras de la tradición.En cuanto a su origen y desarrollo, si bien comienza a situarse y diseminarse durante la conquista española en toda América, es en Chile con más de 400 años donde se asienta, toma fuerza y genera singularidades que la proyectan como tradición propia en; lo musical (tonadas o entonaciones), instrumental (guitarrón y guitarra traspuesta) y modos de representación (canto en rueda). Junto a lo anterior, se destaca el hecho de que el Canto a lo divino no solo se ha mantenido, sino que también ha prosperado y florecido cuando en otras latitudes del continente ya se encuentra totalmente perdido.Geográficamente, en la actualidad se desarrolla entre los valles del Norte Chico y la zona central de Chile, existiendo presencia de cultores de manera excepcional en otras zonas del país.
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