Hay momentos singulares en el desarrollo de las Instituciones. Su creación es un hito básico, un cuaderno nuevo en el que se empieza a escribir una historia; ese primer paso es completamente perfecto, no se han cometido errores, está repleto de expectativas y los horizontes parecen todos franqueables. En otras palabras, un comienzo está lleno de páginas impolutas. Todas por llenar.
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